El espejo del inconsciente: Qué revelan los dibujos y el arte sobre nosotros
Desde los tests psicológicos usados en entrevistas laborales hasta las grandes retrospectivas en museos de fama mundial, la interpretación de las imágenes sigue siendo una herramienta fundamental para entender la psique humana. Ya sea un simple dibujo hecho bajo presión o una obra maestra del surrealismo, lo que vemos (y lo que mostramos) dice mucho más de lo que parece a simple vista.
El test de la “Persona bajo la lluvia” en el laburo
Seguramente, muchos han pasado por esta instancia en una entrevista laboral. El famoso Test de la Persona bajo la Lluvia (PBLL) es una técnica gráfica y verbal que los psicólogos usan para evaluar la imagen que tiene el individuo de sí mismo, especialmente cuando se enfrenta a condiciones desfavorables o de estrés.
A diferencia de lo que se cree, no hay una sola forma “correcta” de hacerlo, pero sí se analizan las defensas que la persona despliega. Curiosamente, en el ámbito laboral, ciertos detalles pueden sumar o restar puntos. Si el perfil buscado es creativo, agregar detalles como cordones, un reloj o bolsillos puede ser positivo. Sin embargo, para un puesto más estructurado, esos mismos detalles podrían interpretarse como un exceso.
Cómo dibujar (si te lo piden)
Aunque la técnica se nutre de varias corrientes interpretativas y no tiene un marco teórico único, existen ciertos parámetros esperables. Generalmente, se pide dibujar una sola persona, centrada en la hoja y mirando al frente, que ocupe más o menos un tercio del papel.
Lo clave es el “ambiente desagradable”: la lluvia. Se aconseja que haya lluvia y nubes, pero sin exagerar. Hacer una lluvia torrencial, en forma de lágrimas, o agregar charcos e inundaciones puede ser interpretado como un manejo ansioso de la presión. El elemento defensivo esperado es un paraguas, sin sumar otros elementos como botas o sombreros.
La historia que cierra el test
La parte gráfica no es todo. Después de dibujar, el entrevistado tiene que narrar una historia breve y coherente sobre el personaje: quién es, qué edad tiene y qué estaba haciendo. Lo que se evalúa no es tanto el contenido de la historia, sino su coherencia y la capacidad de estructurar un relato lógico, incluso si es breve.
De los tests online al arte de Wifredo Lam
Esta fascinación por el autodescubrimiento gráfico no se limita al consultorio. Internet está plagado de tests de personalidad que, de forma mucho más simple, invitan al usuario a elegir una imagen para descubrir supuestos puntos flacos o fuertes de su vida. Ya sea una nube, unas cabezas o un bosque, la premisa es la misma: la elección revela algo oculto, como una tendencia a gastar plata en caprichos o la llegada de una nueva responsabilidad.
La interpretación llega al MoMA
Llevando el análisis de lo visual a un plano completamente diferente, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) presenta una gran retrospectiva del pintor cubano Wifredo Lam. Lam, aunque fue un pilar del movimiento surrealista y amigo de figuras como Picasso y André Breton, es menos conocido en Estados Unidos por su obra posterior a 1941, cuando dejó Europa.
El MoMA busca justamente remediar esto, exhibiendo 130 obras que profundizan en el compromiso del artista con las tradiciones afrocaribeñas, como la religión Lucumí. La interpretación aquí es clave: sus pinturas están cargadas de simbolismo.
Obras clave y una joya recuperada
La muestra incluye piezas fundamentales. Está La jungla (1941), considerada su obra maestra, que sitúa seres con rostros que recuerdan a máscaras africanas en medio de cañas de azúcar. También se exhibe Fata Morgana, creada como ilustración para un libro de Breton.
Una de las grandes noticias de la retrospectiva es la presentación pública de Grande Composition. Esta obra pasó años en una colección privada en el extranjero, y uno de los curadores de la muestra, Christophe Cherix, convenció al coleccionista de desprenderse de ella para que ahora forme parte de la colección del MoMA.
Incluso las obras abstractas de Lam de los años 50, que a primera vista no contienen figuras obvias, son reinterpretadas por la muestra como alusiones al paisaje cubano y su perspectiva afrocaribeña. Un ejemplo es su recurrente figura de la femme-cheval (mujer-caballo), que borra los límites entre lo humano y lo animal, exigiendo al espectador una mirada que vaya más allá de lo evidente.


