De socióloga a estrella digital: la historia de Paulina Cocina, la youtuber que no se llama Paulina ni es chef

Las redes sociales están llenas de figuras que parecen hechas a medida para cada plataforma. Entre ellas destaca Paulina Cocina, un fenómeno que conquistó a miles con recetas simples y comentarios filosos. Pero detrás de este personaje se esconde Carolina Puga, una mujer que nunca planeó dedicarse a la cocina ni mucho menos convertirse en influencer gastronómica.

Carolina, hoy con 43 años, es en realidad socióloga de formación. En una entrevista íntima concedida antes de la pandemia, reveló que todo comenzó mientras estudiaba un máster en Barcelona. “Podría haber elegido cualquier otra cosa, pero me enganché con la cocina. No porque quisiera enseñar a cocinar, sino porque quería probar con el formato video”, explicó.

Su vida en aquel entonces era la de una joven académica inmersa en un doctorado exigente sobre campos de internamiento para migrantes. Trabajaba algunos días por semana en una asociación y el resto del tiempo lo dedicaba a su tesis, que describió como “pesadísima”. En paralelo, disfrutaba la vida en la ciudad junto a su pareja, un psicólogo colombiano, y un grupo de amigos. Salidas, fiestas y mucho trabajo llenaban sus días.

Fue en ese contexto que encontró en la creación de videos un escape creativo. Era 2008 y YouTube recién comenzaba a hacerse conocido. Subía sus producciones a la plataforma solo para insertarlas en su blog, que era su verdadera pasión. En sus videos cocinaba desde distintos rincones del mundo: Grecia, Polonia, España. Todo lo hacía sola, con cámara en mano y mucha dedicación. Pero tras un año de intenso trabajo decidió frenar. “Era un laburo infernal. Cada video me llevaba dos o tres días. Lo dejé, aunque no me veía como alguien que abandonaba proyectos fácilmente”, recordó.

Recién años más tarde, ya de vuelta en Buenos Aires y embarazada, decidió retomar ese universo que había dejado en pausa. Compró una nueva cámara y empezó a crear contenidos nuevamente, esta vez con una visión más estratégica. Internet había cambiado, el público también. Las páginas de Facebook estaban en auge y los blogs empezaban a perder fuerza. Fue entonces cuando entendió que no bastaba con los videos: había que construir algo más grande.

Así nació formalmente el universo de Paulina Cocina, con un blog repleto de recetas escritas y un video semanal. Pero más allá de la planificación y el trabajo, Carolina admite que lo que la atrapó fue una verdadera pasión. “Me enamoré de Paulina Cocina. No fue una decisión racional. Todavía no renuncié formalmente a la Sociología, pero entendí que esto me hacía mucho más feliz”, confesó.

En ningún momento sintió desencanto por su carrera académica. Simplemente, descubrió algo que la entusiasmaba aún más. Con ese entusiasmo vino también la necesidad de convertir su proyecto en algo sostenible. “No pensaba dejar de hacer esto por nada del mundo. Pero sabía que tenía que empezar a ganar dinero con esto, porque si no iba a tener que buscar otro trabajo”, relató.

A partir de ahí, comenzó a explorar las posibilidades de monetización. Hoy, Paulina Cocina no solo es una referente en redes sino también una marca consolidada. Una socióloga que nunca planeó enseñar a cocinar, pero que, con honestidad, humor y mucha creatividad, terminó revolucionando la forma de acercarse a la cocina desde una pantalla.

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