Una marea dorada hace historia en los Bosques de Palermo: entre récords mundiales y la genética ancestral

Buenos Aires fue testigo de un evento sin precedentes cuando una multitud de perros de raza Golden Retriever, acompañados por sus dueños, colmó los Bosques de Palermo en un intento exitoso por romper un récord mundial. La cita tuvo lugar el lunes 8 de diciembre, transformando el icónico parque porteño en un mar de pelaje dorado. Lo que comenzó como una convocatoria para amantes de esta raza terminó consolidándose como la mayor reunión de perros Golden Retriever en un mismo lugar jamás registrada.

Según los reportes de agencias internacionales, un total de 2.397 ejemplares se congregaron en el parque, superando así la marca mundial no oficial previa. La organización del evento estuvo a cargo del influencer argentino Fausto Duperré, quien asistió junto a su perro de 10 años, Oli. La emoción de Duperré fue palpable tras el recuento final, celebrando el logro con una euforia típicamente argentina: “Lo logramos, gente. ¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO!”, escribió en sus redes sociales, haciendo alusión a la pasión nacional por los títulos, y agregó: “Tenemos el récord mundial de la mayor juntada golden. No puedo explicar mi felicidad ni mi emoción”.

El vínculo inquebrantable entre dueños y mascotas

Las imágenes del encuentro, que rápidamente se viralizaron bajo el apodo de la “Ola Dorada”, mostraron a miles de perros conviviendo pacíficamente, muchos de ellos luciendo disfraces festivos, gorros de Santa Claus y camisetas de fútbol. Sin embargo, más allá del color y la festividad, el evento destacó la profunda conexión emocional que estos animales generan con sus familias humanas. Nicolás Orellana, dueño de una perra de 13 años llamada Luna, comentó que el animal ha sido una presencia constante en su familia desde la infancia, compartiendo vacaciones y cada momento importante, subrayando que esta raza es conocida por crear lazos especiales.

Lo más sorprendente para los observadores fue el comportamiento de la manada. A pesar de la enorme cantidad de animales reunidos en un espacio reducido, el ambiente fue de total tranquilidad. Elena Deleo, de 64 años, confesó que asistió con cierto temor de que su perra Angie pudiera pelearse o ser atacada. Sin embargo, su experiencia fue todo lo contrario: describió a todos los perros como afectuosos y gentiles, convirtiendo la jornada en una experiencia encantadora que reafirma el carácter noble de esta raza.

Instinto y vocación: el caso de los perros nadadores

Este temperamento amigable y servicial de los Golden Retrievers no se limita solo a posar para fotos o pasear en manada; también se manifiesta en su fascinación casi obsesiva por el agua y su instinto de protección. Un ejemplo perfecto de estas características innatas es Bauer, un Golden que ha llevado su amor por el agua a un nivel casi profesional. Mientras que para muchos perros la piscina es solo un lugar de juego, para Bauer es su puesto de trabajo.

Con una concentración absoluta y ojos agudos, este perro asume el rol de guardavidas cada vez que alguien se acerca a la piscina. Su comportamiento ha cautivad a muchos: vigila cada salpicadura con la determinación de un profesional en servicio, asegurándose de que todos estén a salvo. Lo curioso y entrañable de la actitud de Bauer es que, lejos de estresarse por la responsabilidad, parece disfrutar enormemente de su labor. Su cola no deja de moverse de un lado a otro, delatando su felicidad mientras patrulla el borde del agua, probablemente deseando zambullirse pero manteniéndose firme en su puesto de vigilancia.

La ciencia detrás del comportamiento canino

Este contraste entre el carácter afable de razas como el Golden Retriever y los instintos más salvajes tiene una explicación que va más allá del entrenamiento: reside en el ADN. Un nuevo estudio publicado en las Proceedings of the National Academy of Sciences revela que la mayoría de los perros domésticos, incluso aquellos que duermen en nuestras camas, conservan pequeños fragmentos de ADN de lobo. La investigación encontró que casi dos tercios de las razas de perros poseen una pequeña cantidad de genes de lobo, los cuales se filtraron en los genomas caninos tras la domesticación y podrían haber ofrecido ventajas evolutivas.

Audrey Lin, autora principal del estudio, explicó que estos bajos niveles de flujo genético entre perros y lobos han contribuido a moldear lo que son los perros hoy en día. Aunque los perros modernos evolucionaron de la interacción con lobos grises ya extintos durante el Pleistoceno Tardío, el cruce genético posterior ha sido raro. Al analizar los genomas de 2.693 perros y lobos, el equipo descubrió que el 64% de los perros de raza moderna portan algún rastro de ascendencia de lobo, y que esto se correlaciona directamente con rasgos de personalidad como el tamaño y la función.

Dime cuánto lobo tienes y te diré cómo eres

El estudio arrojó resultados fascinantes sobre cómo la genética influye en el temperamento. Las razas con mayor carga genética de lobo, como el perro lobo checoslovaco (con entre un 23% y un 40% de su genoma), tienden a ser descritas como “independientes”, “territoriales” y “sospechosas de los extraños”. Por el contrario, razas con menor contenido de lobo son frecuentemente calificadas como “amigables”, “afectuosas” y “energéticas”, lo cual explica perfectamente la atmósfera pacífica vivida en la reunión de Golden Retrievers en Palermo.

Entre los hallazgos más curiosos, los investigadores se sorprendieron al encontrar que el Gran Sabueso Anglo-Francés Tricolor posee una mezcla de lobo inusualmente alta para un sabueso, alrededor del 5,7%, un legado cuyo origen es un misterio. En el otro extremo del espectro, grandes razas guardianas como el Mastín Napolitano o el San Bernardo no mostraron niveles detectables de genes de lobo. Sin embargo, el tamaño no siempre es indicativo de la herencia salvaje: el pequeño chihuahua, por ejemplo, conserva un 0,2% de genética de lobo, demostrando que incluso en los envases más pequeños puede esconderse un rastro de sus ancestros salvajes.

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