Nuevo tropiezo para River: cayó 2-1 ante Godoy Cruz y sigue sin levantar cabeza

River Plate volvió a tropezar en la Liga Profesional y esta vez lo hizo con una imagen preocupante. El equipo dirigido por Martín Demichelis perdió 2-1 frente a Godoy Cruz en Mendoza, en un partido en el que mostró poco fútbol, muchas dudas tácticas y una alarmante dependencia de Miguel Borja, quien fue el único jugador que logró aportar algo de claridad en ataque.

El conjunto millonario llegaba a este compromiso tras un empate con sabor amargo ante Lanús, y lejos de mejorar, dio un paso atrás. Godoy Cruz golpeó en los momentos justos y River nunca logró reaccionar con firmeza. El primer tiempo fue un torbellino para los de Núñez: el Tomba aprovechó las desatenciones defensivas y, con contundencia, anotó dos goles que desnudaron las falencias del fondo riverplatense.

Borja fue el único que intentó cambiar la historia. Marcó el único tanto de River y participó en las pocas jugadas ofensivas de peligro. Todo lo que generó el equipo pasó por los pies del colombiano, lo que expone una peligrosa dependencia individual en un equipo que, por historia y jerarquía, debería funcionar de manera más colectiva.

La desorientación también se notó desde el banco. Demichelis arrancó con una formación 4-3-3 con Solari, Borja y Colidio en el frente de ataque, pero a medida que pasaron los minutos, modificó el esquema en tres ocasiones. Primero sacó a Colidio para el ingreso de Lanzini, buscando más juego en el medio. Luego, apostó por Bareiro en lugar de Solari para formar una delantera con doble nueve. Y más tarde, decidió sumar a Ruberto, configurando un inusual ataque con tres centrodelanteros.

Los cambios no dieron resultados y solo generaron más desconcierto en el campo de juego. River mostró poca claridad en la generación de juego, le costó muchísimo encontrar espacios y, además, se lo vio inseguro en defensa, algo que empieza a volverse habitual y preocupante.

La derrota deja al equipo en una posición incómoda en la tabla y con varios interrogantes de cara al futuro inmediato. El nivel colectivo sigue sin aparecer, y la figura de Borja, aunque determinante, no alcanza para compensar el bajo rendimiento general. La falta de ideas, la fragilidad defensiva y los constantes cambios sin rumbo parecen ser señales de alerta que el cuerpo técnico deberá atender con urgencia.

River tiene plantel para más, pero necesita reencontrarse con una identidad que hoy parece perdida. El desafío no es menor: volver a ser un equipo confiable, sólido y protagonista. Por ahora, ese objetivo parece lejos. Muy lejos.

You May Have Missed