Manchester City conquista la Community Shield tras vencer al United por penales
Después de varios intentos fallidos, el Manchester City de Pep Guardiola logró al fin quedarse con la Community Shield, rompiendo una racha negativa de tres derrotas consecutivas en Wembley. Y lo hizo con un condimento especial: derrotó a su eterno rival, el Manchester United, en una final cargada de tensión que se definió desde los doce pasos tras un empate agónico 1-1 en el tiempo reglamentario.
La competencia que abre la temporada inglesa nunca le resultó sencilla a Guardiola. El técnico catalán ha manifestado en más de una ocasión su incomodidad con jugar un título en el primer encuentro oficial, cuando sus equipos todavía no alcanzan el ritmo óptimo de competición. Sin embargo, esta vez logró torcer esa tendencia con una actuación sólida, pese a que el desarrollo del juego recordó bastante al último duelo entre ambos en la final de la FA Cup.
El City salió con su esquema habitual, un 4-4-2 que se transforma en 3-2-4-1 con la pelota. Rico Lewis volvió a cumplir un rol clave, pasando del lateral derecho al centro del mediocampo. Además, Guardiola apostó por varios jóvenes prometedores como Nico O’Reilly —elegante como enganche—, James McAtee —dinámico como segundo delantero— y Oscar Bobb, incisivo por las bandas.
En el otro banco, Erik Ten Hag mantuvo su apuesta inicial con un 4-2-4 que tuvo a Bruno Fernandes y Mason Mount moviéndose constantemente para fijar centrales, colaborar en la creación y presionar al doble pivote rival. La innovación táctica del entrenador holandés vino de la mano de Lisandro Martínez, quien partiendo como lateral izquierdo se cerró para actuar como volante central, aportando salida limpia y equilibrio en el medio.
Con el correr de los minutos, el City impuso su juego basado en la tenencia y circulación paciente. El mediocampo combinó bien con Kovacic, Lewis y O’Reilly, mientras que Doku y Bobb desbordaban con peligro por los costados. Las chances no tardaron en llegar: Bobb estuvo cerca con un disparo alto, y McAtee estrelló un remate en el palo.
Ante ese panorama, el United parecía al borde del colapso. Pero la indicación desde el banco fue clara: dejar de esperar en bloque medio y comenzar a presionar más arriba. El ajuste táctico rindió frutos: a partir del minuto 30, el equipo logró frenar el ritmo del City y generó situaciones propias, aunque Marcus Rashford no tuvo su mejor tarde y no logró capitalizarlas. El 0-0 parcial fue un reflejo justo de un primer tiempo parejo.
En el segundo tiempo, la dinámica inicial se mantuvo. El City intentó recuperar su dominio, pero el United creció en confianza y empezó a manejar mejor los tiempos. Entonces, a los 15 minutos, Ten Hag sacudió la pizarra: ingresó Alejandro Garnacho por la derecha, Scott McTominay se sumó como doble nueve y Facundo Pellistri ocupó el lateral derecho. Si bien no fue una revolución táctica, el cambio surtió efecto.
Y fue justamente Garnacho quien cambió el destino del partido. En una jugada rápida por la banda, el extremo argentino encaró en velocidad, enganchó hacia el centro y sacó un zurdazo que superó la estirada de Ederson. Golazo para el 1-0 parcial y explosión roja en Wembley.
Pero el City no se rindió. Con temple y jerarquía, siguió buscando el empate, que llegó en los últimos instantes. La igualdad llevó la definición a los penales, donde los Ciudadanos se mostraron más eficaces y terminaron levantando el trofeo.
Una nueva muestra de carácter del equipo de Guardiola, que vuelve a iniciar la temporada sumando títulos, ahora con una generación joven que empieza a pedir pista. Mientras tanto, el United se queda con sensaciones encontradas, aunque con señales positivas en su funcionamiento colectivo.